Fue una presentación formal ante el mundo como presidente de Estados Unidos, pero con un problema, porque a la Asamblea General de la ONU en Nueva York llegó un Donald Trump cargado de amenazas, incitando a la guerra y olvidándose de la paz que es justamente la base y el objetivo central de esta organización internacional. Todo esto al margen de sus ya conocidas “metidas de pata”.
Amenazó con «destruir totalmente» a Corea del Norte y atacó verbalmente a gobiernos que considera inaceptables en el globo, incluido uno de América Latina: Venezuela.
«Si los muchos justos no confrontan a los pocos malvados, entonces triunfará el mal», sostuvo Trump en su esperado primer discurso esta semana ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
Fueron 42 minutos de mucha tensión donde trató al líder norcoreano como “hombre cohete” y que algunos puntos del planeta “se están yendo al infierno”.
Es decir ninguna de sus actitudes y palabras ofensivas hacían pensar que quien hablaba era nada menos que el Presidente de los Estados Unidos de América, un “antipolítico” que aparece como un hombre inculto o un vulgar magnate inmobiliario de 71 años, que asumió la presidencia en enero. Se refirió al régimen venezolano como “inaceptable dictadura socialista” o definió despectivamente a la ONU a la que calificó como «un club de gente que se junta, habla y la pasa bien».
«Nos encontramos en un momento de inmensa promesa y gran peligro», dijo, entregando así una visión negativa del mundo y sin liderazgos, sin tocar los desafíos que hay por delante como es el cambio climático, tema que no tocó y frente al cual él está en desacuerdo y lo rechaza. Su discurso se enfocó mucho más en destacar los peligros del mundo actual que los desafíos que el mundo tiene por delante.
«El flagelo de nuestro planeta hoy es un pequeño grupo de regímenes paria que violan todos los principios en que se basan las Naciones Unidas», dijo. Así criticó los gobiernos de Corea del Norte, Venezuela, Cuba e Irán, pero nada dijo de Rusia, donde sus empresas tienen o pretenden tener inversiones importantes. El sabe que Rusia es un país que según los servicios de inteligencia de EE UU interfirió en las elecciones que Trump ganó en noviembre y la demócrata Hillary Clinton fue derrotada.
«Estados Unidos tiene gran fuerza y paciencia, pero si se ve obligado a defenderse o a defender a sus aliados, no habrá otra opción que la total destrucción de Corea del Norte». Así lo dijo el jefe de Estado y máximo comandante de la potencia militar más poderosa del planeta.
Las palabras demuestran la creciente frustración de Trump por los ensayos nucleares y con misiles realizados recientemente por Corea del Norte, pese a las sanciones que le impuso el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero también declaró: «Estamos preparados a tomar nuevas medidas si el gobierno de Venezuela persiste en su camino para imponer un gobierno autoritario al pueblo venezolano»
Definió que su «objetivo es ayudarles (a los venezolanos) a recuperar su libertad» y «restaurar la democracia».
Estados Unidos sanciona al presidente Nicolás Maduro y lo califica de «dictador» tras la elección de la Constituyente en Venezuela, pero no explicó cual será el camino que él seguirá o seguiría para ayudar a cambiar la situación venezolana. Ya dijo en el pasado que no descartaba la opción militar en Venezuela, un comentario que fue rechazado en la región y que no reiteró en la ONU.
Pero al hablar sobre Venezuela lo hizo con furia y honda negatividad a pesar que un día antes de su discurso priorizó él mismo una respuesta regional amplia en una cena con los presidentes de Brasil, Colombia y Panamá; como también sentado frente a la vicepresidenta argentina Gabriela Michetti.
«El grupo discutió la importancia de trabajar juntos para restaurar la democracia en Venezuela», indicó un comunicado de la Casa Blanca.
Y otra idea de Trump: «Estados Unidos se ha opuesto al régimen corrupto y desestabilizador de Cuba», frase que evidenció el enfriamiento de las relaciones entre Washington y La Habana bajo su Presidencia tras la exitosa política de normalización de las relaciones iniciada bajo el mandato de Barack Obama.
¿Cómo puede funcionar un arma acústica que cause sordera y daños cerebrales como la que EE UU acusa a Cuba de usar contra sus diplomáticos en La Habana?, incidente ocurrido en una de las ceremonias bilaterales en la capital cubana frente al cual el gobierno de Raúl Castro ha negado toda vinculación.
En otras palabras, en la ONU, Trump volvió a lo que conocíamos como la Guerra Fría.
Dijo que “el acuerdo con Irán fue una de las transacciones más negativas y unilaterales que Estados Unidos hizo jamás».
En su arremetida verbal, Trump criticó el pacto negociado con Irán por Obama y otras naciones para limitar el programa nuclear de Teherán a cambio de levantarle sanciones.
Hasta ahora, al igual que ocurre con Cuba, Trump ha evitado cancelar ese acuerdo. De hecho certificó en dos ocasiones que Irán estaba cumpliendo con sus compromisos.
«Francamente, ese trato es una vergüenza para Estados Unidos, y no creo que hayan oído lo último, créanme», dijo Trump. El presidente iraní, Hassan Rohuani, ya ha afirmado que EE.UU. pagaría «un precio muy alto» por retirarse del pacto. Y el mandatario francés, Emmanuel Macron, señaló en la Asamblea general de la ONU que renunciar al pacto «sería un gran error». Sin embargo, Trump tiene que volver a pronunciarse sobre el tema antes del 15 de octubre y su discurso ante la ONU fue sólo un anticipo de lo que podría ocurrir.
«Siempre pondré a Estados Unidos en primer lugar, al igual que ustedes, como líderes de sus países siempre van, y siempre deberían, poner a sus países primero», dijo Trump en un tomo nacionalista ya pasado de moda, lo que a la larga o a la corta podría influir en las cuestiones de seguridad, el comercio o la migración.
«Estados Unidos será siempre un gran amigo del mundo, y especialmente de sus aliados. Pero no podemos seguir siendo aprovechados, o entrar en acuerdos desequilibrados donde Estados Unidos no tiene nada a cambio», dijo en el foro de las Naciones Unidas como si él viniera de otro planeta. Intento en un momento mejorar un poco su oratoria pero lo hizo aún peor: «Estados Unidos primero» y el reclamo de cooperación internacional (sólo) en temas que le interesan.
Y su visita terminó, como es habitual en él, con una metida de pata grave y gigante al preguntar ¿Dónde queda «Nambia»?, un país cuyo nombre lo conoce solamente Trump porque en la realidad no existe.
Quiza en una reunión con países africanos (54 estados reconocidos por la ONU) intentó referirse a Namibia o a Zambia, pero no se sabe
«El sistema de salud de Nambia es cada vez más autosuficiente», dijo el mandatario estadounidense durante un almuerzo este miércoles con líderes africanos en Nueva York, que se miraban unos a otros y mostraban rostros de interrogación.
El problema es que «Nambia» no existe.
Que buen artículo !!
Queda mas que demostrado que los Estadounidenses eligieron un payaso como presidente.
saludos … El Seguidor del Gurú