La operación de rescate de vidas humanas en el Colegio Enrique Rébsamen de Ciudad de México se ha convertido en un símbolo de la tragedia mexicana con el   terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter registrado el martes y que deja ya un saldo de 253 muertos.

En este colegio, donde cayó parte de su estructura,  mientras se impartían clases de preescolar, primaria y secundaria, murieron 25 personas: 21 niños y 4 adultos..

Los especialistas aseguran que en el lugar todavía hay atrapados con vida, por lo que “escuchar sus pedidos de auxilio es fundamental”, dijo un rescatista. Es por esto que hay una señal que se ha vuelto universal para todos en estas horas de angustia: el puño en alto. Cuando los jefes del operativo levantan el puño, todos callan. Y en silencio, se intenta escuchar gritos en medio de las ruinas.

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, aseguró que «los grupos rescatistas y las Fuerzas Armadas han tomado la decisión de continuar la búsqueda hasta que sea una búsqueda con éxito». Y destacó que «las pruebas de escáner, de movimiento» han detectado «cuerpos con algún tipo de calor».

La versión «más consistente» es que hay una niña con vida entre los escombros, según los testimonios de los rescatistas, quienes han asegurado haber escuchado una voz u otras señales como golpeteos.

Guillermo Ayala, funcionario del ministerio de Educación, explicó que se está contactando con los padres de los alumnos «para ofrecerles diversas alternativas para que reanuden las clases lo más pronto posible». Señaló que en el Colegio Rébsamen estudian aproximadamente 400 menores.