La VOZ del PUEBLO

Nadie en la poltica ha podido dar una explicación mayoritariamente entendible  del por qué Chile necesita más parlamentarios, lo que fue aprobado sin estudiarse  a fondo el sistema de financiamiento  de los nuevos integrantes del futuro Congreso Nacional, es decir se hizo con el método criollo de «echémole  pa’delante nomás y después vemos».

El motivo fue político para poder terminar de una vez por todas con el sistema binominal impuesto por  la dictadura y reemplazarlo por uno proporcional, lo que se puede entender como un fortalecimiento de la democracia a costa de fondos que podrían destinarse a una mejor vida para los chilenos más necesitados.  Y  para lograr los votos necesarios en este trámite, hubo que ceder en cuanto al incremento futuro de los representantes del pueblo en ambas cámaras y, además prometiéndose que el cambio iba a ser «costo cero» para el Estado.

Esto en un momento en que ya hay problemas para pagar y reconocer las llamadas asignaciones para asesorías especiales de los parlamentarios. Ni siquiera se sabe con claridad que cantidad de millones y millones de pesos se requerirán finalmente para financiar el incremento del número de parlamentarios (dietas, asignaciones, oficinas, automóviles, viajes, chóferes y personal adicional, además de gastos administrativos y consumos). En esto no están incluidos los gastos electorales, también pagados por el Estado.  Pareciera que a ningún político le importara que algunos Ministerios dispongan de menores fondos para, como ejemplos, ayudar a financiar de una mejor manera la salud o la educación o las campañas contra la delincuencia o el transporte público. Hay que pensar que se está hablando de unos 800 a 1.300 millones de pesos mensuales más sólo en dietas y quizá algunas asignaciones (cálculo estimado). Con todos los gastos incluidos el monto global sumará varios miles de millones de pesos o dólares, a estas alturas da lo mismo.

En el momento de la aprobación de la Ley se nos dijo que los nuevos fondos iban a salir del presupuesto que tiene el Congreso. Hoy, sin embargo, la Cámara Alta, la de Diputados y el Ministerio de Hacienda hacen «figuritas» para lograr financiar a los nuevos 35 diputados y 5 senadores, lo que además cambiará muy poco el rendimiento legislativo y más bien lo complicará porque en ambas Cámaras operarán  a partir de marzo un mayor número de partidos y fuerzas políticas que como ha sido hasta ahora, lo que hará más difícil lograr acuerdos sólidos.

El presidente del Senado,  Andrés Zaldívar (DC), informó ya sobre las conversaciones que se llevan a cabo en este sentido en el marco de la discusión de la Ley de Presupuesto para 2018.

“Vamos a transferir recursos que el Senado va a poner a disposición de la Cámara de Diputados, a pesar de que eso me pueda significar alguna crítica de mis propios pares (…) Son más o menos 800 millones de pesos lo que se transfiere”, dijo el senador DC.

En ese sentido, explicó que se han realizado reuniones para intentar cumplir el compromiso del entonces ministro del Interior, Rodrigo Peñaillilo, cuando aseguró durante la tramitación de la reforma que el aumento de parlamentarios en el nuevo sistema que reemplazó al binominal sería “costo cero”, pero ahora vemos que no es así y nos volvieron a engañar.

Zaldívar sostuvo que ese dinero transferido provendrá de las dietas de los ex presidentes de la República –quedarían en el presupuesto de la Secretaría General de la Presidenta (Segpres)– y de la eliminación de asignaciones externas y gastos corrientes.

Desde que se discutió el cambio del sistema electoral, varios senadores se oponían a financiar a nuevos diputados. Consultado específicamente sobre el compromiso adquirido por Peñailillo,  Zaldívar dijo que él no hubiese “entrado a ese compromiso”. Aunque agregó que “el financiamiento de la democracia es una inversión y no un gasto”, declaró.

Zaldívar dijo que había encargado a la Biblioteca de la Cámara Alta realizar un rediseño del sistema de asesorías parlamentarias, pues reconoció que los estándares de las asesorías externas no son “óptimos” y, añadió, están trabajando parar mejorar esas situaciones.

Hace justo una semana  se reveló el “copy-paste” de informes de asesorías del senador y candidato presidencial independiente Alejandro Guillier, lo que reactivó una investigación penal que ya se desarrollaba en la Cámara Baja y donde el fiscal oriente, Manuel Guerra, decidió investigar a todo el Senado. Esto, en definitiva, instaló el foco de atención pública en el presupuesto del Congreso.

Sin embargo el vicepresidente del Senado, Guido Girardi (PPD), descartó la existencia de un acuerdo entre la Cámara y Hacienda para traspasar dineros a la Cámara. “Es un tema que está en discusión, en conversaciones, yo creo que Andrés Zaldívar ha llevado esta conversación de manera muy adecuada, pero es un tema que tenemos que terminar de resolver».

El problema deja de ser complejo cuando se trata de platas del Estado, porque  si fueran fondos privados o personales otro «otro gallo cantaría».