Revisando la prensa

Por Walter Krohne

El ex agente chileno ante La Haya, ex secretario general de la OEA, ex ministro del Interior, ex  Canciller y ex precandidato presidencial del Partido Socialista, José Miguel Insulza, parece que no se siente bien con su larga trayectoria política y expresó abiertamente y de varias formas sus deseos de querer más poder o de aspirar a un retorno importante en la política chilena. En todo esto la verdad es que al final de la «teleserie»  él ha jugado  un triste papel en su camino para llegar si o si al Senado.

Esto lo llevó, por ejemplo,  a descumplir sus propias palabras dichas horas antes de su inscripción electoral. El dijo que si su Partido Socialista no lo presentaba por la Región de Atacama, no sería candidato por Arica y Parinacota, como le pedían sus pares, porque era un conocedor de Atacama donde ya ha trabajado fuertemente en los últimos seis meses.  Sin embargo, finalmente fue inscrito por Arica y Parinacota.

El origen de la “vuelta de carnero” de Insulza, según dijo el mismo a CNN, fue la Democracia Cristiana que resolvió en el último minuto apoyar su candidatura en el extremo norte del país y así «poder hacer una contribución a la unidad de la Nueva Mayoría (mirando a lo lejos y con sentimentalismo a la ex Concertación).  Es decir un «bla, bla»  a sus 74 años de edad.

El quería ser candidato a senador como fuera. Al menos eso es lo que quedó dando vueltas y vueltas en el ambiente político.

En todo caso en las dos Regiones donde Insulza  se ha querido “meter con forceps”,  deja damnificados: A la abogada Carmen Hertz, quien iba de candidata a senadora también por Atacama y que fue bajada por decisión de su partido el PC; y el diputado socialista por Arica Luis Rocafull (55) a quien el PS le había ofrecido que fuera candidato al Senado por ese mismo distrito, pero tuvo que retractarse por el nombramiento  a última hora de Insulza.  Igualmente el ex diputado Iván Paredes (59) recibió también una oferta similar a la de Rocafull.  ¿Será Inzulsa (ex Panzer) físicamente capaz de asumir un cargo, tan exigente y lejano de la capital, para una persona que ya debería estar jubilada?

Rocafull sólo comentó: «Yo siempre dije que iba a ser candidato a diputado, obviamente, y en este caso se me ofreció ser candidato a senador, lo que acepté, pero ellos (Elizalde y compañía) me comunicaron después que no, que yo era candidato a diputado y que se habían decidido por José Miguel Insulza en la Región de Arica y Parinacota»

«No me parece en lo absoluto, discrepo con la decisión de mi partido, la asumo sí, pero no estoy de acuerdo justamente por un tema de regionalismo», añadió.

Es asi como el PS, el PPD, el PC y el PR inscribieron ante el Servel su pacto parlamentario llamado ahora  «La Fuerza de la Mayoría».

Fue el lunes en el Patio de los Naranjos de La Moneda el momento clave en el que el presidente del PDC Matías Walker convenció a su colega del PS Álvaro Elizalde para que Insulza pudiera contar en Arica con el apoyo DC junto a la de la nueva Fuerza de la Mayoría (ex Nueva Mayoría). Esto, a pesar de que en dicha Fuerza,  no participa la DC.

Este acuerdo, según Insulza, lo hizo retroceder en su decisión de no aceptar por ningún motivo una candidatura a senador por Arica y Parinacota.

“Yo no he pedido protección de nadie (…), nunca es bueno cambiar (de opinión) en un mismo día, pero no creo que vaya a tener un costo por la sencilla razón de que son circunstancias distintas. El marco en el cual se da esta candidatura es muy distinta a simplemente un cupo más en una región del país. Es un símbolo de voluntad unitaria”, fue la explicación de Insulza.

Goic, los parlamentarios  y el PDC

En la DC,  la candidata presidencial Carolina Goic parece haberse transformado más en un nuevo problema que en una solución. El lema o slogan  de la campaña presidencial  DC dice “Siempre por Chile”, pero en los pendones de los parlamentarios curiosamente no figura la imagen de la candidata Goic. Esto refleja la “desafección” que se ha instalado en algunos sectores de la colectividad con la senadora, quizá por la marginación de Ricardo Rincón, quien tiene tantos pecados como otros que recibieron la venia para ser candidatos a la Cámara.

Dentro de esta misma sospecha hay más. La bancada de diputados le pidió a la directiva del partido hace algunas semanas conformar un comando parlamentario que sea autónomo frente al comando político de la campaña de Goic. La idea -dicen- es desarrollar con autonomía una línea comunicacional para la campaña parlamentaria. Una queja en la bancada es que Goic ha tomado sus definiciones presidenciales -como su imagen y eslogan- sin consultarle al partido, señala hoy La Tercera. Lo que ocurre es que Goic ha hecho muy poco por reconstruir su liderazgo y con ello recomponer las fracturas que sufrió el partido con el caso Rincón.

Igualmente ha molestado la oficialización del pacto parlamentario junto a la IC y el MAS (dos movimientos chavistas) porque se ha vuelto a mostrar “falta de liderazgo” y un aislamiento de la candidatura de Goic. El diputado Fuad Chahín ha confirmado este “estado de ánimo negativo con todo lo que ha sucedido, de mucha desafección, de pesimismo, y tenemos que ser capaces de revertir esto”.

El temor de los parlamentarios es que, como parece, la candidata no pasaría a segunda vuelta, el resultado parlamentario, como arrastre,  sería malo o desastroso. En esta forma, el partido perdería la elección presidencial, parte de  los actuales parlamentarios y también varios nuevos candidatos.

“El partido requiere de un nuevo trato entre la institucionalidad, los candidatos, la candidata presidencial, y no veo que haya mucha intención de generarlo”, declaró Chahín.

En la derecha, mucho peor

La jornada del lunes fue agotadora para los dirigentes de la UDI, RN, Evópoli y el PRI. Pese a haber cerrado la negociación casi una semana antes de la inscripción, diferencias de último minuto retrasaron todo el plan (el nudo era el distrito de Chillán) y finalmente el pacto fue inscrito veinte minutos antes del vencimiento del plazo.

No hubo ni siquiera tiempo para abordar la inscripción de la candidatura al distrito 10 de Santiago y Providencia del ex presidente de la Fundación Iguales, Luis Larraín (independiente), en un cupo de Evópoli. “No volvería a votar por (Sebastián) Piñera, ha dicho repetidamente Larraín”, lo que es desde ya una  tremenda desilusión para la derecha. Larraín iba a participar como independiente pero en un cupo de Ciudadanos, no obstante, el hecho de que el Servel disolviera este partido, resolución posteriormente revertida, el joven candidato busco concretar su candidatura a través de Evopoli, lo que logró.

Sin embargo este recalentamiento de los ánimos en distintos sectores de la derecha, se produjo especialmente después  que la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, catalogó su inscripción, bajo estas condiciones, como una “inconsecuencia”. “Esperaría que todos los candidatos que van en nuestro pacto, que tiene como candidato presidencial a Sebastián Piñera,  lo apoyen expresamente”, dijo.

Desde Evópoli, en tanto, el presidente Francisco Undurraga argumentó que en su partido están “abriendo la cancha”, y que Larraín siempre supo que Evópoli apoyaría a Piñera. “Nosotros no le vamos a pedir silencio, queremos que se despliegue con todas sus fuerzas con sus ideas. Los votos van a quedar en Chile Vamos y nos van a servir para el proyecto”, señaló.

Frente Amplio

Con el affaire Alberto Mayol,  quedó por los suelos la ““nueva forma de hacer política” del Frente Amplio (FA). Quedaron al descubierto las mismas mañas y escándalos de la política tradicional que venimos observando desde el fin de la dictadura. Y ¿por qué se puede dar algún tipo de cambio cuando  la política es en esencia  la misma desde el tiempo de los griegos?

Lo peor es que nunca pudo conocerse o se ha conocido el contenido político, económico y social de la tan cacareada nueva forma de hacer política del FA que en el fondo  se trata de  conducir el sistema político y de lograr acuerdos para poder realmente gobernar, para lo cual requiere un número alto de parlamentarios o capacidad para realizar acuerdos.

En todo caso en la vida de un estado-nación todas las decisiones son  políticas y éstas dependerán de las ideas de cada corriente o grupo que desee imponer o implantar  una determinada política de estado, ya sea de izquierda, derecha o desde los centros.  En esto no hay nada de nuevo; en el fondo no cambia la forma de hacer política, lo que cambia es la evolución del mundo en cuanto a desarrollo tecnológicos y económicos,  y a la modernización de los Estados y de los intereses de éstos.

Para algunos analistas como Ernesto Aguila,  el error del FA estuvo en reducir el desafío de la “otra política” a una idea excesivamente moralizante -la política no es el lugar para salvar el alma, diría Max Weber- cayendo en una prédica que terminó por volverse en su contra. Al final, quedó la impresión de que no sólo no podían sostener el estándar moral que se autoimponían (“no serás candidato si te salió mal la alcoholemia” o “si quieres serlo, arrepiéntete y pide perdón por tu pasado concertacionista”), sino que el latiguillo moral parecía estar siendo usado como excusa para sacar adversarios políticos del camino.