Columna de psicología familiar y social
La felicidad siempre ha sido un enigma y un concepto que ha sido interesante de estudiar y analizar. Se trata de un concepto inventado por el hombre para describir un cierto bienestar o satisfacción del ser humano. Pero se trata de un sentimiento muy subjetivo y difícil de describir y llevar a una definición común, ya que cada hombre tiene una idea distinta de lo que es la felicidad para él y además está directamente relacionado con las metas de cada uno.
Algunos psicólogos han tratado de caracterizar el grado de felicidad mediante diversos tests, y han llegado a definir la felicidad como una medida de bienestar subjetivo (autopercibido) que influye en las actitudes y el comportamiento de los individuos. Las personas que tienen un alto grado de felicidad muestran generalmente un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que se sienten motivadas a conquistar nuevas metas.
Siempre se ha dicho que los bienes materiales no influyen en la felicidad de una persona, sin embargo, las estadísticas indican que los países más pudientes y estables económicamente y que tienen menos índices de pobreza, están en los primeros lugares del ranking de la felicidad, como Dinamarca y Noruega. En esos países seguramente también influye la seguridad con la que cuentan y otras variables que los hacen tener un mayor bienestar.
La felicidad mucho tiene que ver con la autorealización, concepto acuñado por Maslow y que describe el concepto con ayuda de una pirámide donde uno va superando etapas de lo más básico a lo más complejo de las necesidades personales hasta llegar a una autorealización que son metas personales muy altas impuestas por un ser humano.
Si bien la felicidad no es tangible y no se puede medir, Pilar Sordo hace poco publicó una columna que se titula “Ya no se ve gente feliz”. Ella opina que esto tiene que ver con la vida impersonal que estamos llevando y donde uno ya casi no tiene contacto con los vecinos u otras personas cercanas. Uno vive tan aceleradamente que no mira al otro a los ojos, siendo que el contacto humano es esencial para el bienestar de una persona.
¿Cómo ser feliz entonces? Pilar Sordo responde: “Decidir ser feliz”. Sonriendo, ser amable, aprenderse el nombre de la gente cercana y detenerse en las emociones positivas y negativas que uno vivencia cada día. Darse el tiempo para percibirlas.
Uno puede hacer un tremendo cambio en la felicidad propia si uno empieza a ver las cosas con otros ojos y de una manera positiva. Para eso, yo siempre les doy una tarea a mis pacientes: “Al final del día, hagan un resumen de su día y deténganse en las cosas positivas de cada día. ¿Cuáles fueron las cosas buenas que pasaron” Muchas veces, cosas simples hacen la diferencia y llevan al bienestar de cada persona.
Muy buen artículo.
sencillo y directo !!
gracias …