La senadora Carolina Goic puso término a su estado de reflexión posterior a la Junta Nacional DC del  29 de julio pasado, su percibida derrota en aquel evento transformada en renacer victorioso.

Conforme al giro del acontecer interno del Partido Demócrata Cristiano, destacan particularmente la carta firmada por mas de cuatro mil militantes pidiéndole continuar, y de paso rechazando la postulación a reelección del diputado Ricardo Rincón.

Y seguida por la carta firmada por la mayoría de los diputados  en la  bancada DC, dándole plenos poderes  para conformar la lista de candidatos a inscribir; y a declaraciones de numerosos senadores a quienes se sumaron destacados personeros democristianos, se fue afirmando la idea de crear condiciones para confirmar la candidatura presidencial de la senadora Goic.

En el anuncio efectuado en la sede de su comando,   Carolina Goic reafirmó su decisión de continuar con su candidatura, acompañada de su determinación de usar los poderes con los cuales ha sido investida. Asimismo, elevar a prioridad de su campaña los temas éticos definitorios de las cualidades de quienes sean candidatos al Congreso  con los colores de la Democracia Cristiana. En este marco, la designación del destacado abogado y jurista democristiano Patricio Zapata, a cargo de revisar las postulaciones, caso por caso, ha sido tomada como indicación de seriedad en esta materia.

Las decisiones de la candidata parecen haber frenado la dinámica de tendencias rupturistas, no se ha producido la temida oleada de renuncias, tampoco  se han materializado algunos tímidos anuncios divisionistas, la renuncia del Diputado Sergio Espejo puede haber sido prematura.  En días siguientes debiera volver a ponerse en marcha la maquinaria electoral DC, con mayor impulso mientras más cerca esté la fecha de inscripción de candidaturas al Congreso.

Queda pendiente  materializar el pacto electoral con Izquierda Ciudadana y el MAS, dos grupúsculos diametralmente diferentes a la DC, de mínima representatividad, con potencial de ser más bien un lastre antes que un aporte;, su justificación está en el cumplimiento con la ley vigente para poder inscribir independientes en la lista.  Está por verse si este pacto será realidad; de no serlo, su alternativa es ir en lista propia, en esto hay un cierto margen de riesgo, relativizado por el cambio al sistema proporcional de cifra repartidora, por ello los candidatos democristianos deben descartar temores, asumir el fin del binominal, competir con fuerza en un régimen electoral propiamente democrático.

Las tres grandes tareas

La Democracia Cristiana tiene tres asuntos claves por delante en el futuro inmediato.

El primero es proyectar credibilidad en el apoyo  sin dobleces de senadores, diputados, alcaldes, concejales, dirigentes y líderes de base, a la candidatura presidencial de Carolina Goic;  en este sentido, los democristianos están al debe, la política les ofrece esta oportunidad inmejorable de corregir su miserable historia reciente.

El segundo  es tener coherencia, en el lenguaje y en los hechos, con la prioridad ética enunciada por la candidata presidencial del Partido; en este punto la ciudadanía no perdonará vueltas de carnero ni transacciones espúreas.

El tercero, encontrar un discurso de identidad democristiana aún a costa de marcar complicadas diferencias con los otrora socios de coalición;  esto puede obligar a cuidadosos balances en el cumplimiento de compromisos de acompañar al Gobierno de la Presidenta Bachelet hasta el final, incluyendo la siempre delicada cuestión de las lealtades personales.    Los tiempos le ofrecen a la Democracia Cristiana la oportunidad única de reencontrarse con los fundamentos de su pensamiento político, renovándolo acorde al acontecer cuando nos acercamos al primer cuarto del siglo XXI.