Por Martín Poblete

Como advirtiéramos en nuestro artículo anterior, los líderes democristianos permitieron la intromisión en la agenda de la Junta Nacional de un asunto puntual,  vinculado a sucesos acaecidos hace catorce años. Al hacerlo, la candidata presidencial y Presidenta del Partido, junto a los personeros de la Mesa Directiva, demostraron inexcusable falta de manejo de la contingencia interna.    Un evento partidario de dimensiones nacionales, supuestamente enfocado a lograr definiciones claves para la proyección del Partido en plena campaña presidencial, termina descarrilado en un incidente contingencial elevado a perfiles decisivos por la pérdida del sentido de la realidad de toda una dirigencia.    Es el peor escenario imaginable.

En parte por errores conceptuales y tácticos de la candidata; en parte por un complicado, a ratos confuso, juego de influencias, el caso del Diputado Ricardo Rincón ha terminado colándose en la agenda de la Junta.   Esta es una mala noticia para la Senadora Goic, también para el Partido en su totalidad.   De ratificarse la prohibición a candidaturas de militantes con sentencias en materias de violencia intrafamiliar, la candidata presidencial saldrá reforzada; por el contrario,  de triunfar maniobras destinadas a camuflar el tema en el marco de las decisiones de candidaturas a diputados y senadores, la Senadora Goic quedaría debilitada en una de esas cuestiones básicas políticamente políticas, como es la capacidad de manejo interno y alineamiento de la institucionalidad partidaria con la candidata presidencial.    Esta última opción no debiera marcar el fin de la candidatura, pero la dejaría seriamente dañada.

Al votar en un paquete las candidaturas a diputados, la mayoría de los delegados pretendieron camuflar el «affaire» de  Ricardo Rincón ignorando las implicancias de su caso (el diputado no había sido aprobado como candidato a la reelección porque se había tomado un acuerdo previo de prohibición de candidaturas de militantes con sentencias en materias de violencia intrafamiliar, como era este caso).

La Senadora Goic, frente a decisiones dañinas a su prestancia de candidata presidencial, optó por tomarse algunos días, sin precisar cuantos, para resolver sobre el futuro de su candidatura. Sin duda, su figura resultó disminuída al mostrar falta de control y manejo de la dinámica interna de su Partido, si esta merma de estatura política es recuperable se verá en los días venideros,  pasaría por un fuerte alineamiento de todos los democristianos en torno a su candidata,  maniobra de difícil ejecución.

La discusión sobre táctica electoral mostró un Partido con la brújula perdida.   Buscar pacto con grupúsculos como el MAS y la Izquierda Ciudadana solo se justificaría por cumplir con la legislación vigente para poder llevar independientes en la lista, olvidando que la propuesta debe ser aceptable no solo para los militantes sino también para los simpatizantes formando la mayoría de quienes votan por la DC; tal como quedó presentada, no es entendible para el electorado democristiano actual, menos para quienes dejaron de votar por el Partido sin haberse ido a otra parte.  Además, el desorden interno puede hacer poco atractivo un acuerdo, no habría incentivos ni motivaciones,  de ocurrir así  la DC quedaría obligada a llevar lista propia de candidatos a senadores y diputados.

En el debate sobre tácticas electorales, quedaron en evidencia serios riesgos de quiebre interno  acoplados a   falta de comprensión de la historia de la DC, precisamente al cumplirse sesenta años de su fundación como tal; nadie representó mejor  esta pérdida de ubicación en los tiempos de la política,  que el dirigente sindical Nolberto Díaz al afirmar que ir en lista solos sería una derechización de la DC, tamaño disparate al parecer era compartido por otros extraviados como él.

Se plantean dos escenarios en el futuro inmediato.   En el primero, la Senadora Goic mantiene su candidatura presidencial, con todas las limitaciones de credibilidad en las actuales circunstancias, sería una candidata débil, con dudas sobre el apoyo desde las filas de su propio Partido.   En el segundo, la Senadora Goic baja su candidatura presidencial dejando a la DC en una situación de manejo muy complicado y proyección imprevisible; de paso, abriría las puertas a una posible victoria de Sebastián Piñera en primera vuelta.