La columna del periodista Fernández
Por Enrique Fernández
¿Ley de aborto en tres casos o “ley que regula despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales? Derechamente lo que el Parlamento debatió fue una ley de aborto, ¿o no?. Aborto, cuando la mujer embarazada enfrente una de estas tres situaciones: cuando esté en riesgo su vida, cuando sea inevitable la muerte del feto a poco de nacer o cuando su embarazo sea consecuencia de una violación.
Como vivimos en la era de la “posverdad” –que es la mentira disfrazada con elegancia-,los autores de la ley prefirieron hablar de “despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales”. Una manera elegante de ocultar la realidad, un eufemismo, una afirmación que cabe en el campo de la posverdad. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua explica que el eufemismo es una “manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”.
Si el legislador hubiese dicho claramente que su propuesta era una ley para autorizar el aborto bajo determinadas circunstancias, la oposición de la derecha conservadora y la Iglesia Católica habría sido más dura de lo que fue. Para el Gobierno entonces era preferible adaptarse a los tiempos que vivimos, al clima político cada vez más turbulento a medida que se acercan las elecciones presidencial y parlamentaria del 19 de noviembre.
Pero la falta de claridad intencionada enel uso eufemístico de las palabras no es un monopolio del Gobierno. Un ejemplo de esta distorsión generalizada lo representa el senador Alberto Espina, de Renovación Nacional, cuando afirmó en la sesión del Senado que existen violaciones normales.
“Cuando se trata de una mujer mayor de 18 años, la ley establece que ella no está obligada a denunciar una violación común y corriente, me refiero a una violación normal, quiero decir dramática”.
¿Las violaciones comunes y corrientes son normales, según el senador?
«La mujer no es dueña, sino una mera administradora, lo que tiene en su vientre no es parte de ella», sostuvo por su parte el diputado Jorge Ulloa, de la Unión Demócrata Independiente. En su condición masculina el parlamentario no tiene mucha autoridad para asegurar que la mujer “presta” su cuerpo durante la maternidad, pero puede haber tomado como referencia una declaración similar que formuló hace cinco años la senadora Ena von Baer, también de la UDI.
Los debates en el Senado y la Cámara de Diputados fueron difundidos ampliamente por los canales de televisión del Congreso. Es una de las ventajas de esta época, a pesar de la posverdad. Nunca en la historia de la Humanidad habíamos tenido tanta información al alcance de la mano, con sólo presionar una tecla.Pero es necesario estar alertas para separar la paja del trigo, separar la verdad de la posverdad.
Y por este camino llegamos también al terreno de la publicidad engañosa. Aquellos mensajes que nos recomiendan algún producto o servicio, con características tentadoras, irresistibles, “imperdibles”. Hace algunas semanas una distribuidora de audífonos para sordos lanzó una campaña nacional bajo el lema “Oír bien cambia la vida”. Ofrecía chequeos auditivos gratuitos y sólo era necesario reservar una hora en el fono 6006004237 o ingresar a su sitio web www.gaes.cl. Pero cuando usted llegaba al lugar del chequeo le indicaban que era necesaria la orden de un médico otorrino. Y ese requisito no figuraba en su publicidad… engañosa.
Por estos días, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) preparaba una denuncia ante los tribunales contra las compañías aéreas JetSmart y SkyAirline, por difundir publicidad engañosa para sus vuelos “lowcost” o de bajo costo. Entre otros datos que inducían a error, los precios de los pasajes publicitados no incluían el valor de la tasa de embarque, que se aplica en todos los aeropuertos.
Si usted se da una vuelta por el centro de Santiago, es posible que se encuentre con un vendedor callejero que vocea perfumes a bajo costo, con una muestra de su mercadería depositada sobre el pavimento para que todo el mundo la vea.
– ¡Baratos los perfumes, chiquillos… Se cayeron de un camión en la carretera…!
Si fuera efectivo lo que vocea el comerciante estaríamos en presencia de un delito. Y si no lo fuera, lo podríamos denunciar por publicidad engañosa. Pero los transeúntes pasan por su lado sin fijarse en estos pequeños detalles.
Lo mismo sucedía hace un tiempo con el vendedor de palomas que se instalaba en la Plaza de Armas. Siempre había alguien que le compraba porque la oferta era imperdible: dos palomas por “luca”.