Luiz Inácio Lula da Silva (71) fue condenado a nueve años y medio de prisión por el juez Sergio Moro en el marco de la investigación conocida como Lava Jato, quien resolvió que el ex mandatario brasileño recibió sobornos de la empresa constructora OAS, una de las más grandes del país, como un lujoso departamento tríplex de 215 metros cuadrados en un complejo nuevo en Guarujá, en el litoral del estado de Sao Paulo. A cambio de estos «favores», el ex presidente y líder sindicalista, habría facilitado contratos millonarios a esa compañía con Petrobras, según se desprende de la investigación.
La condena es por los crímenes de corrupción pasiva y lavado de dinero, según consignó la revista brasileña Veja. La justicia brasileña apuntó que Lula actuó como «jefe» del esquema de corrupción que salpicó a su gobierno y al de su sucesora Dilma Rousseff durante más de una década. Con esta condena, el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) se convirtió en el primer presidente brasileño condenado de la historia.
Según la sentencia, Lula «participó conscientemente del esquema criminal, inclusive tenía consciencia de que los Directores de Petrobras utilizaban sus cargos para recibir ventajas indebidas en favor de agentes políticos y partidos políticos». Y añade: «De estos valores (los aportados por OAS) 3.738.738 reales fueron destinados específicamente al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva». Ese sería el valor que tiene el tríplex en cuestión recibido de manos de uno de los ejecutivos de la compañía más otra de más de un millón de reales.
Junto al ex presidente brasileño, también fueron condenados por el mismo delito de corrupción pasiva y lavado de dinero José Adelmário Pinheiro hijo, presidente del Grupo OAS, Franklin Magalhaes Medeiros, director de esa firma, y otros ejecutivos. También Paulo Tarciso Okamoto, presidente del Instituto Lula.
Desde que se inició el proceso hasta que fue condenado en primera instancia, tan solo pasaron diez meses de investigación. «Después de asumir el cargo de presidente de la República, Lula comandó una formación de un esquema delictivo de desvío de recursos públicos destinados a enriquecerse ilícitamente, comprar apoyo parlamentario y financiar campañas electorales», señalaron los fiscales en su acusación.
Moro también explicó en su fallo la causa por la cual no ordenó la detención del ex mandatario. «Considerando que la prisión cautelar de un ex Presidente de la República no deja de ser traumática, la prudencia recomienda que se aguarde el pronunciamiento de la Corte de Apelaciones antes de extraer las consecuencias propias de la condena. Así podrá Lula presentar su apelación en libertad».
Sin embargo, el juez explicó que esto no significa algo que configure una «satisfacción personal» para el líder . «Por el contrario. Es lamentable que un ex presidente de la República sea condenado criminalmente». Finalmente, Moro realizó una cita para concluir sus argumentos: «No importa cuán alto esté usted, la ley siempre está por encima de usted». Como dice en su texto, la frase responde a una versión libre de «be you never so high the law is above you«, de Thomas Fuller, historiador inglés.
El Partido de los Trabajadores de Lula
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, afirmó hoy que el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado «sin pruebas», lo que calificó de «vergonzoso».
Lula, quien promovió la fundación del PT en 1980, fue condenado hoy a la pena de cárcel indicada por un tribunal de primera instancia, quedando todavía las instancias de apelación y finalmente la Corte Suprema.
Hoffmann declaró que «Sergio Moro complació a los medios de comunicación y a la opinión pública que formó contra Lula. ¡Condenó sin pruebas! Vergonzoso».
Por su parte, el senador Lindbergh Farias, jefe del grupo del PT en la Cámara Alta, sostuvo que el ex mandatario es objeto de una persecución política e hizo un llamado a la militancia para salir en su defensa.
«No esperen de nosotros pasividad en este momento», señaló Farias.
La condena que recibió hoy Lula puede ser revertida en la segunda instancia, que deberá pronunciarse sobre el caso a mediados o fines del año próximo.
El PT ya ha anunciado, aunque Lula todavía no lo confirma, que su máximo líder es su «única opción» como candidato a la Presidencia en las elecciones de 2018, lo cual dependerá ahora de la decisión de la segunda instancia, pues si se ratifica la sentencia dictada hoy la ley le impediría que se postule a algún cargo público.
Lula da Silva fue el niño pobre que llegó a la presidencia de Brasil, el siderúrgico sin estudios a quien Barack Obama calificó como “el hombre” y ahora un ícono de la izquierda latinoamericana condenado por corrupción. A los 71 años, sigue siendo una figura a quien sus compatriotas aman u odian con pasión. Según las últimas encuestas, lidera al mismo tiempo las intenciones de voto y el índice de rechazo para las elecciones de 2018.