Foto de la BBC
El primer ministro de Irak, Haidar al Abadi, llegó este domingo a la ciudad “liberada” de Mosul y felicitó a los combatientes y al pueblo iraquí por la “gran victoria lograda” ante los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Según ha indicado la oficina de información del jefe de Gobierno en un tuit de su cuenta oficial, “el primer ministro, Haidar al Abadi, ha llegado a la ciudad liberada de Mosul y ha felicitado a los combatientes heroicos y al pueblo iraquí por la gran victoria lograda”.
La guerra para recuperar Mosul fue mucho más difícil de lo que se esperaba.
En un informe entregado hoy por la BBC Mundo explica la importancia que tiene este resultado militar. En enero el gobierno anunció la «liberación» del este de la ciudad, pero el oeste presentó desafíos mucho más grandes debido a las estrechas calles sinuosas y la extensa población de la urbe.
Según organizaciones de ayuda, unas 900.000 personas fueron desplazadas de la ciudad desde 2014, casi la mitad de la población que existía antes de la guerra, con sus casi 2 millones de habitantes. Mosul era una de las ciudades más diversas de Irak, con una población de árabes, kurdos, asirios, turcomanos y muchas otras minorías religiosas.
Era la rica capital petrolera de la provincia de Nínive, en el norte de Irak.
Pero en junio de 2014, la ciudad fue invadida por Estado Islámico (EI o ISIS por su sigla en inglés) y fue aquí donde el grupo extremista envió un mensaje que conmocionó al mundo.
Tal como señala la corresponsal de la BBC, Caroline Hawley,» antes de tomar el control de Mosul, EI era solamente un grupo local. Con la toma de esta ciudad el grupo extremista irrumpió en el escenario global».
«Cuando tomaron Mosul con un impresionante asalto que el ejército iraquí no pudo repeler, todo el mundo empezó de pronto a oír hablar de EI, y éste se convirtió en una grave amenaza que había que tomar seriamente», agrega.
Seis meses antes de tomar Mosul, el grupo, que entonces se llamaba «Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS)», había capturado la ciudad oriental de Faluya y después obtuvo victorias importantes en la guerra civil de Siria.
Pero cuando entraron a Mosul, entre 10.000 y 30.000 soldados y fuerzas de seguridad iraquíes depusieron sus armas y huyeron frente a lo que se calcula eran unos 800 extremistas.
Desde entonces, EI destrozó la autoridad del Estado en la región, creó un Califato con un régimen brutal que condujo a un éxodo masivo de habitantes e impuso su autoridad persiguiendo a minorías y matando a opositores.
Como señalan los corresponsales, la liberación de Mosul es un duro golpe para el EI. Su pérdida le arrebata a los islamistas muchas de sus principales rutas de abastecimiento desde Irak a Siria, donde el grupo también mantiene una fuerte presencia.
Actualmente la coalición dirigida por Estados Unidos está librando otra dura batalla contra el EI en ese país, para recuperar el control de Raqa, donde la organización yihadista estableció su capital de facto.
Influencia del EI continuaría
Pero a pesar de la pérdida de estos territorios, que son bases urbanas extremadamente importantes, es poco probable que disminuya la influencia de la organización, afirmó la BBC.
El profesor Paul Rogers, del Departamento de Estudios para la Paz de la Universidad de Bradford, le dijo a BBC Mundo que el grupo ya ha demostrado sus habilidades para reclutar seguidores y organizar ataques alrededor del mundo.
«Hay cada vez más evidencia de que EI se está transformando en una insurgencia de largo plazo en Irak y Siria, y también se está desarrollando como un movimiento de alcance mundial».
«Por eso», asegura el experto, «no debemos apresurarnos a declarar la derrota del grupo yihadista».
La prometida tregua prometida por Trump y Putin en Hamburgo
Las calma reina en el suroeste de Siria en coincidencia con la entrada en vigor del alto el fuego anunciado el viernes por Rusia y EE UU y que afecta a las provincias de Al Quneitra, Deraa y Al Sueida, informa la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Antes del comienzo del cese de hostilidades este domingo se registró el lanzamiento de varios obuses por parte de las fuerzas del régimen sirio en zonas controladas por los rebeldes, sin que se registraran víctimas, según la ONG.
De madrugada, helicópteros del Ejército sirio también bombardearon varias zonas de la ciudad meridional de Deraa, indicó el Observatorio.
Los ataques, que incluyeron el lanzamiento de dos misiles, se produjeron poco después de la medianoche, explicó.
En estas tres regiones del suroeste sirio ya rige una tregua declarada unilateralmente por el régimen sirio el domingo pasado.
El acuerdo para detener los combates fue alcanzado anteayer en Hamburgo (Alemania) por los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladímir Putin, respectivamente, en la cumbre del G20.
En el último mes, esas provincias sirias han sido escenario de un repunte de la violencia, especialmente Deraa, cuya capital homónima está considerada como la «cuna de la revolución», ya que en ella comenzaron en marzo de 2011 las protestas antigubernamentales que degeneraron en el conflicto actual.