Carabineros detenidos en Bolivia ya están en Chile

En la tarde de este domingo reingresaron a  Chile por el paso fronterizo Chungará, los carabineros chilenos, el suboficial Jaime Díaz y el cabo Nicolás Morales, que fueron detenidos por la policía boliviana tras haberse internado unos 7,5 kilómetros en el desierto en una zona en que es imposible distinguir un territorio de otro o los límites entre ambos países.

Los policías chilenos fueron detenidos por una patrulla  boliviana que persiguió a «un

vehículo sospechoso» que era el de Carabineros en la madrugada del viernes último.

En la frontera este domingo las autoridades bolivianas y chilenas firmaron el acta de devolución de los carabineros. Tras la entrega, el ministro del Interior de Bolivia, Carlos Romero, señaló que “sentimos mucha admiración y respeto al pueblo chileno (…) Somos parte como hermanos latinoamericanos de una comunidad”.

Por la parte de Chile, encabezó la entrega el general director de Carabineros, Bruno Villalobos.

Todo fue más parecido a una telenovela que a un acto oficial y muchos creyeron que la entrega de los funcionarios iba a tardar mucho más tiempo «en represalia» por la detención de contrabandistas bolivianos en la frontera hace algún tiempo que finalmente fueron expulsados de Chile tras un juicio en que fueron condenados por delitos criminales.

En una primera instancia, los carabineros chilenos fueron  trasladados al aeropuerto de Uyuni para abordar un avión que los llevó hasta la ciudad de Oruro. Posteriormente llegaron por tierra al paso fronterizo Chungará-Tambo Quemado, donde fueron recibidos por el General director Villalobos. En el lugar estuvo el senador Alejandro Navarro, líder del partido PAIS, quien acompañó a Jaime Díaz y a Nicolás Morales en su retorno a Chile y contó que los efectivos se encontraban contentos por la rapidez con la que se consiguió concretar este proceso. También destacó el buen trato que recibieron por parte de los uniformados bolivianos. Como representante del Gobierno de Bolivia, el ministro del Interior, Carlos Romero, participó en la entrega de los carabineros chilenos y aseguró que tras este hecho ambas naciones están «en paz». Sin embargo, admitió que la decisión del Presidente Evo Morales había generado divisiones entre las autoridades del país.

Horas antes el Presidente Evo Morales compartió en su cuenta de Twitter algunos mensajes sobre este hecho y aseveró que las autoridades de Chile no habían realizado ninguna gestión para concretar el traslado: «Parece que el gobierno de Chile no se preocupa por sus ciudadanos», escribió el jefe de Estado,  mensaje que generó una fuerte reacción por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, que a través de un comunicado desmintió estos dichos. «Tan pronto se produjo la detención de los Carabineros, el Gobierno de Chile, a través de los canales diplomáticos, realizó gestiones para obtener acceso a ellos y su pronta libertad», señala el texto. Por otra parte, la cancillería declara su rechazo a «la instrumentalización de situaciones fronterizas para fines propagandísticos». «El procurar movilizar a la opinión pública a través de actos de provocación y declaraciones destempladas resultan contraproducente con la aplicación de las normas del derecho y con el fomento de una adecuada vecindad», expresa el documento difundido por el ministerio de Relaciones exteriores.

El senador Alejandro Navarro señaló a La Nación.cl que “lo más importante es que esto se ha resuelto por la vía diplomática y de manera expedita. Me alegro mucho que Bolivia haya tomado esa decisión”. Esto debido especialmente a múltiples comentarios y opiniones sobre que la detención boliviana de los policías chilenos,  era un atentado muy grave contra la soberanía chilena que en cualquier otro país habría sido motivo para alertar y movilizar quizá a las fuerzas militares.

El hecho tensionó el ambiente diplomático ya que ocurrió a una semana de que 9 ciudadanos bolivianos fueran expulsados de Chile, el 28 de junio, tras estar 101 días detenidos en la Cárcel de Alto Hospicio de alta seguridad, imputados de los delitos de contrabando, robo con intimidación y tenencia ilegal de arma de fuego:  tres escopetas, dos pistolas, cinco granadas de mano, tres bombas lacrimógenas, cinco miguelitos de fabricación artesanal y un radiotransmisor.