Por Jessika Krohne

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Según un estudio, el ser humano gasta en la actualidad entre dos a cuatro horas al día para contestar mensajes desde su celular o navegar en las redes sociales, tiempo que uno antes ocupaba para tener una conversación cara a cara con otra persona o en otras actividades como hacer deportes, leer o trabajar.

Hay otros estudios que incluso dicen que la razón de que los seres humanos estamos más estresados hoy en día se debe al uso del celular, ya que ocupamos en ello tantas horas que nos queda muy  poco tiempo para realizar otros asuntos importantes del día. Además interactuamos mucho menos y nos estamos aislando como sociedad.

Una pareja ya no conversa, porque ambos están acostados cada uno atendiendo sus ”asuntos personales” a través del celular. Los papas ya no se comunican con sus hijos adolescentes porque cada uno está pendiente de las novedades de su celular. Los papas ya no conocen los amigos de sus hijos, ya que estos se comunican a través del celular y redes sociales.

Como dice Neva Milicic en su columna semanal a veces no se le presta suficiente atención a las personas que se tiene cerca porque se está alerta al sonido que nos avisa que llegó un mensaje, un correo o porque suena el teléfono.

Un estudio húngaro liderado por Verónica Konok describió un “efecto de apego al celular” semejante al que se describe con objetos transicionales de apego, como peluches o tutos. Estas personas experimentan ansiedad si están lejos de su celular y están dispuesto a devolverse si se les quedó en la casa a pesar de que eso signifique retroceder 40 minutos. Incluso existe una patología descrita para la ansiedad de andar sin celular: la nomofobia: Se trata de un miedo incontrolable a salir de la casa sin celular, como describe Neva Milicic.

Definitivamente el celular se ha convertido en nuestra gran compañía. Eso ha traído consecuencias, una fundamental es el aislamiento social. Eso es un problema bastante grave si consideramos que las relaciones interpersonales son esenciales para nuestro bienestar y la salud. Necesitamos del otro para sentirnos bien, para enfermarnos menos y para ser más exitoso en la vida.

Por algo existen estudios donde se concluye que los casados viven más y son más felices que los solteros. Necesitamos de la compañía del otro, pero esa la hemos ido reemplazando por nuestro celular, el nuevo amigo de la sociedad.

Mi consejo es hacer nuestro propio horario para el uso del celular e ir restringiéndolo de a poco. Nosotros mismos ponernos el horario y usar el celular hasta cierta hora del día para poder dedicarse a otras cosas. Hagamos el intento, ya que los beneficios se mostrarán a corto plazo.